Con su página personal de Facebook recién estrenada –hace unos días-, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se ha unido a una de las comunidades virtuales más populares de la red, una cuenta que se suma a su lista de cuentas sociales y que constituye uno de los pilares fundamentales de su estrategia online.
Sin embargo y a pesar de su descripción supuestamente “propia” en la plataforma de Zuckerberg y como ya habrás supuesto, tras estos perfiles se encuentra un equipo de profesionales, esta vez formado por veinte personas. ¿De veras es necesario este elevado número?
El equipo de Obama
Así y según informa el New York Times, la Oficina de Estrategia Digital de Obama se encarga de gestionar no solo la citada utilidad, sino también su Twitter, el Instagram y canal de YouTube de la Casa Blanca.
A la cabeza del departamento se encuentra Jason Goldman, un antiguo ejecutivo de la citada red de microblogging y de Blogger, de 39 años de edad, que analiza, discierne y determina aquellos temas sobre los que puede ser más propicio pronunciarse; un trabajador que también establece y gestiona la estrategia de su grupo
Al margen de “colgar” tuits, fotos, mensajes laboriosa y políticamente estudiados y un largo etcétera que ya te habrás figurado, estos empleados se dedican a gestionar las crisis de credibilidad, y de hacer frente a conflictos y malentendidos como el último protagonizado por un escolar musulmán, Ahmed Mohamed, acusado –de terrorismo- por su profesora y arrestado por fabricar una “supuesta” bomba casera (en realidad un reloj).
Un incidente ante el que no tardaron en reaccionar desde la Casa Blanca, que invitó al joven a acudir a sus instalaciones. No obstante y tal y como decíamos, el presidente rara vez publica sus propios mensajes –salvo en contadas ocasiones como viajes vacacionales, entre otros-; algo que ciertamente choca con la supuesta espontaneidad y compromiso que pretenden darle estos perfiles, su supuesta “voz” online.
Otro de los casos más sonados fue el de Miles Scott, un paciente de leucemia de cinco años cuya foto disfrazado de Batman conllevó una auténtica avalancha en Internet y acerca de la que los ayudantes de Obama decidieron pronunciarse: “Así se hace, Miles, esta es la manera de salvar Gotham”, dijeron.
“Nuestra oficina está muy ocupada buscando maneras de llevar su voz (la del presidente) directamente a la gente”, apunta otro de los veteranos de esta entidad, Kori Sschulman, presente en la misma desde el 2009. “El equilibrio reside en centrarse en las prioridades del presidente y ser flexible y oportunista con las conversaciones que están teniendo lugar en la red y que pueden interesarle”.
De hecho, en Twitter, por ejemplo, sigue solo a 70 cuentas, la mayoría de ellas agencias gubernamentales y similares, y, por supuesto, suele romper su silencio para hablar acerca de temas como la violencia, la justicia, y similares.
En términos generales, sin embargo, de lo que se trata es de crear una identidad digital para Obama (tal y como ser haría con una firma comercial), una manera de proceder con la que se asocien valores no solo políticos sino también éticos. Unos principios y una “imagen de marca” cada vez más difíciles de transmitir en entrevistas televisivas, declaraciones en prensa escrita y otros medios convencionales.